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“Hagan conciencia de lo que significa consumir cocaína; los efectos son inimaginables”

5231 personas se atendieron en IAFA en 2022 por usar cocaína y crack. En 2017 fueron 2509 lo que representa un 208% de aumento.  

 

Tengo 32 años, vivo en San José y mi nombre no es Nicole, pero me llamaré así para evitar etiquetas sociales que no ayudan al proceso de rehabilitación que desde hace 30 meses llevo. No quiero más bullying, no quiero que mi familia sufra al volver a escuchar el término cocainómano.

Empecé a usar esta droga ocasionalmente en actividades grupales donde había personas que consideraba mis amigos. Casi todos los del grupo eran consumidores y la “coca” era uno de los vínculos más fuertes del colectivo. Al inicio me reunía con ellos de vez en cuando, podría decir que 6-8 veces al año; conforme pasaban los días tenía más necesidad de verme con ellos y la razón principal era una: consumir cocaína.

Me descontrolé, hice a un lado mis sueños, cambié los manjares que mi madre preparaba los fines de semana por alcohol, cocaína y encuentros sexuales motivados por el uso de ese polvo asqueroso que por poco destruye mi vida. En un decir amén, tenía quien me vendiera el producto y pasé a utilizarlo dos veces por semana, se volvió una adicción.

Me hice pareja de uno de los integrantes del grupo, según yo tenía muchas cosas en común y la química que se generaba era encantadora…Al cabo de unos años mantuve ese ritmo de consumo, mi pareja era capaz de mantener la frecuencia y la cantidad de consumo, pero yo cada vez necesitaba más. Para ese entonces me costaba más levantarme, sentirme despierto y la energía para hacer bien mis cosas iban de picada. Quería parar, pero ya era incapaz de volver atrás y enfrentar por mi cuenta el problema que tenía encima.

Fue hasta que mi madre, un buen día, se encontró una bolsita de cocaína en mi chaqueta y como su fe era inquebrantable y su amor era incondicional me llamó a cuentas y se convirtió en el ángel que me llevó hasta el IAFA donde empecé a renacer, me reinventé y hoy por hoy me declaro sano. Estoy por cumplir dos años y medio que no sé nada del polvo blanco, bueno sé de él que es malo, dañino, destructor.

Apoyo en el IAFA:

En el Instituto sobre Alcoholismo y Farmacodependencia, IAFA, se ofreció apoyo a 5231 personas que presentaron consumo problemático de Cocaína y Crack en 2022, de ese total 4405 fueron hombres y 826. Una de ellas era Nicole.

¿Qué es la cocaína? 

La cocaína es un estimulante extremadamente adictivo que afecta de manera directa al cerebro, se extrae de la hoja de coca y preparado como un alcaloide tropano, sal hidrosoluble con una presentación de polvo blanco que se consume comúnmente de forma inhalada, insuflada e inyectada.

Efectos a corto plazo:

Los efectos de la cocaína se presentan casi inmediatamente después de una sola dosis y desaparecen al poco tiempo. Los que consumen cocaína en cantidades pequeñas generalmente se sienten eufóricos, energéticos, conversadores, mentalmente alertas y responden a las sensaciones de tacto, visuales y auditivas. Provoca en muchas ocasiones perdida de contacto con la realidad, agresividad y la agudización del estado de alerta, además con manía persecutoria, es decir, con sensación de que es perseguido u observado.

La cocaína puede disminuir temporalmente el apetito y la necesidad de dormir. Algunos consumidores sienten que la droga les ayuda a realizar más rápido algunas tareas simples, tanto físicas como intelectuales, mientras que a otros les produce el efecto contrario, es ahí donde los expertos encienden las luces de alerta y expresan a toda voz ¡CUIDADO!

La doctora Luisa Oviedo, del Proceso de Atención a Pacientes explicó que los efectos fisiológicos a corto plazo que resultan del consumo de esta sustancia psicoactiva incluyen contracción de los vasos sanguíneos, dilatación de las pupilas y aumentos en la temperatura corporal, la frecuencia cardiaca y la presión arterial. Si se usan cantidades mayores se puede intensificar el “high” del usuario, pero también puede llevar a un comportamiento más extravagante, errático y violento. Algunas personas que consumen cocaína reportan agitación motora (desasosiego), irritabilidad y ansiedad. También pueden tener temblores, vértigos, espasmos musculares o paranoia. Además, puede haber graves complicaciones médicas asociadas con el abuso de la cocaína.

“Entre las complicaciones más frecuentes se encuentran algunos efectos cardiovasculares como taquicardias, (aumento de la frecuencia cardiaca, infartos e insuficiencia cardiaca. Algunos efectos neurológicos que se presentan son los accidentes cerebro vasculares, micro infartos o hemorragias, convulsiones, dolores de cabeza y hasta coma; y complicaciones gastrointestinales, como dolor abdominal y náusea, además es común ver lesiones a nivel del septum nasal con perforaciones que afectan en la respiración, provoca infecciones crónicas en senos paranasales, hasta el riesgo de meningitis” agregó la experta.

La cocaína puede causar la muerte:

Las muertes ocasionadas por la cocaína suelen ser por un paro cardiaco o de convulsiones seguidas por un paro respiratorio.

La mezcla de dos o más sustancias psicoactivas como el alcohol y la cocía o el crack son combinación potencialmente peligrosa. “Al usar estas sustancias juntas, se produce un compuesto neurotóxico llamado cocaetileno, que es metabolizado en el hígado, lo que hace que dure más tiempo en el organismo, provocando más daño que cuando se utilizan por separado, sus efectos son más intensos, aumentando el daño cerebral de la función de la toma de decisiones, por lo que la persona puede tener conductas más de riesgo a la salud y hasta la muerte” resaltó la doctora Oviedo Marín.

 

Efectos a largo plazo de la cocaína y crack:

Dado que los derivados de la hoja de coca, de donde se obtiene la cocaína y el crack, son extremadamente adictivos es muy difícil que una persona que la pruebe pueda predecir o controlar hasta cuándo continuará deseándola o consumiéndola. Las personas desarrollan el trastorno de dependencia y el riesgo de recaídas es alto aún después de periodos largos de abstinencia.

Los estudios recientes indican que, durante periodos de abstinencia del uso de cocaína, los recuerdos de la euforia asociados con el uso, pueden llevar a una persona al deseo incontrolable de consumir esa sustancia y terminar en una recaída.

 

Daños cerebrales:

Las imágenes del cerebro, de una persona consumidora de cocaína o crack, muestran disminución en los receptores de dopamina y el sistema de dopamina es importante para el condicionamiento y la motivación, y es probable que las alteraciones como ésta sean responsables de la disminución en la sensibilidad a las gratificaciones naturales que ocurre con el uso problemático de esta sustancia psicoactiva.

El cerebro, al exponerse repetidamente a la cocaína, empieza a adaptarse a la droga y la gratificación se vuelve menos sensible a los refuerzos naturales y a la sustancia en sí.

Las personas consumidoras pueden desarrollar tolerancia, lo que significa que necesitará mayores dosis o consumo más frecuente para obtener el mismo placer que cuando inició su uso. Además, los consumidores pueden volverse más sensibles a la ansiedad, las convulsiones y efectos tóxicos de la cocaína que desencadenan en irritabilidad, inquietud, paranoia e incluso puede causar episodios de psicosis paranoica en el que se pierde el sentido de la realidad y se sufre de alucinaciones auditivas.

Las fibras nerviosas originadas en el área ventral del tegmento se extienden a la región del cerebro conocida como núcleo accumbens, una de las áreas clave del cerebro involucrada en la gratificación. Por ejemplo, los estudiosos hallaron que la cocaína actúa bloqueando la eliminación de la dopamina de la sinapsis, lo que resulta en una acumulación de dopamina y una amplificación de la señal a las neuronas receptoras.

Cuando las personas aumentan la dosis o frecuencia de uso de la cocaína o crack aumenta también el riesgo de sufrir efectos psicológicos o fisiológicos adversos, dañinos y destructivos.

Otros efectos adversos del uso de cocaína:

La inhalación regular de la cocaína o crack pueden causar pérdida del olfato, hemorragias nasales, problemas al tragar, ronquera y una irritación general del tabique nasal, que desencadenaría en una condición crónica de irritación y salida de secreción por la nariz.

Cuando se ingiere, la cocaína puede causar enfermedad grave en los intestinos porque reduce el flujo sanguíneo. Además, las personas que la inyectan tienen marcas de pinchazos y trayectos venenosos conocidos como “tracks”, usualmente en los antebrazos. Los usuarios intravenosos también pueden experimentar reacciones alérgicas, ya sea a la sustancia o a algunos de los aditivos que se agregan a la cocaína en los laboratorios clandestinos y no se descarta que las reacciones conlleven a la muerte.

El uso crónico causa pérdida del apetito haciendo que muchos consumidores tengan una pérdida significativa de peso y sufran de malnutrición. Los científicos han descubierto regiones del cerebro que se excitan por todo tipo de estímulos gratificantes, tales como la comida, el sexo y muchas de las drogas de abuso. Uno de los sistemas neuronales que parece afectarse más afectado por la cocaína se origina en una región del cerebro medio llamada el área ventral del tegmento.

Personas atendidas por uso de cocaína y crack en últimos 6 años:

Datos del Proceso de Investigación del IAFA revelan que del 2017 al 2022 hay aumento progresivo en el número de personas que buscan apoyo en #IAFAdeCostaRica para tratar su consumo problemático de cocaína y crack, que se deriban de la hoja de la Coca.

Según la siguiente tabla del 2017 al 2022 hay un aumento del 208% en la cantidad de personas atendidas por consumo de cocaína y crack.

Año

Total personas atendidas

2022

5231

2021

4976

2020

5417

2019

6570

2018

4007

2017

2509

 

Fuente: Proceso de Investigación IAFA

El IAFA dispone del Proceso de Atención a Pacientes en las oficinas centrales en San Pedro de Montes de Oca, de Casa JAGUAR y 14 Centros de Atención Integral en Drogas para apoyar a las personas que como Nicole tienen consumo problemático de tabaco, alcohol, marihuana, cocaína, crack y otras sustancias psicoactivas.