Desde su aterrizaje sobre el cráter Jezero, el rover Perseverance ha ido recolectado todo tipo de información sobre el planeta rojo durante los últimos meses a través de diferentes piedras de la superficie. Hace solo unos días, la NASA informaba de que el rover ha realizado más de 64.000 comprobaciones de riesgo de colisión durante su exploración en el cráter Jezero hasta el sol 460, o día marciano, de misión.
Todas ellas fueron sin errores, informando de colisiones con antelación donde se esperaba, según reveló Vandi Verma, ingeniero jefe de operaciones robóticas en NASA/JPL, que diseñó y programó el software de vuelo Rover Collision Model, que detiene de forma autónoma cualquier actividad antes de que ocurra una colisión.
Perseverance tiene varias partes móviles, incluido el brazo robótico, el taladro, el mástil, las cubiertas de los instrumentos, la antena de alta ganancia y el sistema de movilidad, por lo que una colisión no intencionada con el cuerpo del rover o el terreno marciano durante el movimiento podría causar daños irreparables.
Un compañero de viaje inesperado
Además, la NASA también indicó el pasado 7 de junio de que durante los últimos cuatro meses, el rover Perseverance de la NASA en Marte ha tenido un compañero de viaje inesperado: una piedra en la rueda delantera izquierda recogida 8,5 kilómetros atrás. Se trata de una roca que no está haciendo ningún daño a la rueda, aunque a lo largo de su viaje, se ha adherido y ha hecho apariciones periódicas en las imágenes de la cámara Hazcam izquierda.
La roca ‘mascota’ de Perseverance está ahora muy lejos de su entorno original. Cuando quedó dentro de la rueda, el rover examinaba el suelo del cráter Jezero, concretamente rocas que se piensa están formadas por flujos de lava. Luego se dirigió al norte a través del sitio de aterrizaje del rover y luego al oeste en dirección a la actual localización en el antiguo delta del cráter, donde ahora se buscan rocas sedimentarias.
Unos días antes, el 2 de junio, los sensores meteorológicos del rover Perseverance de la NASA fueron testigos de una de las actividades de polvo más intensas jamás presenciadas por una misión enviada a la superficie de Marte.
Durante sus primeros 200 días en el cráter Jezero, el rover no solo detectó cientos de torbellinos de polvo llamados remolinos de polvo, sino que Perseverance capturó el primer video jamás registrado de ráfagas de viento que levantan una enorme nube de polvo marciano
Un artículo publicado en ‘Science Advances’ narró el tesoro de los fenómenos meteorológicos observados en los primeros 216 días o soles marcianos. Este tipo de hallazgos permite a los científicos comprender mejor los procesos del polvo en Marte y contribuir a un cuerpo de conocimiento que algún día podría ayudarlos a predecir las tormentas de polvo por las que Marte es famoso, y que representan una amenaza para los futuros exploradores humanos y robóticos.
“Cada vez que aterrizamos en un nuevo lugar en Marte, es una oportunidad para comprender mejor el clima del planeta“, afirmó entonces la autora principal del artículo, Claire Newman, de Aeolis Research, una compañía de investigación centrada en las atmósferas planetarias.
“El cráter Jezero puede estar en una de las fuentes de polvo más activas del planeta“, señaló, por su parte, Manuel de la Torre Juárez, investigador principal adjunto de MEDA en JPL, a lo que añadió: “Todo lo nuevo que aprendamos sobre el polvo será útil para futuras misiones”.
El cráter Jezero de Marte fue un lago “tranquilo”
A comienzos de octubre de 2021, investigadores de la NASA confirmaron que el cráter Jezero de Marte fue una vez un lago tranquilo. Así, lo que en la actualidad es una depresión seca y erosionada por el viento estuvo alimentado constantemente por un pequeño río hace unos 3.700 millones de años, según publicó el equipo de la misión en la revista ‘Science‘.
Las imágenes publicadas entonces también revelaron pruebas de que el cráter sufrió inundaciones repentinas que fueron lo suficientemente enérgicas como para arrastrar grandes rocas desde decenas de kilómetros río arriba y depositarlas en el lecho del lago, donde hoy se encuentran las enormes rocas.
El análisis se basaba en imágenes de las rocas que afloran en el interior del cráter en su lado occidental. Anteriormente, los satélites habían mostrado que este afloramiento, visto desde arriba, se asemejaba a los deltas de los ríos en la Tierra, donde las capas de sedimentos se depositan en forma de abanico a medida que el río se alimenta de un lago.
Estas del Perseverance, tomadas desde el interior del cráter, confirmaban que este afloramiento era efectivamente un delta fluvial. Basándose en las capas sedimentarias del afloramiento, parece que el delta del río alimentaba un lago que estuvo en calma durante gran parte de su existencia, hasta que un cambio drástico en el clima provocó inundaciones episódicas al final de la historia del lago o hacia él.