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Curré/Yímba le invita a experimentar su tradicional ‘Juego de los Diablitos’ 2024

 

  • Ceremonia ancestral se realizará del 25 al 28 de enero de 2024, en la comunidad de Rey Curré, en Buenos Aires, Puntarenas
  • Juego de los Diablitos se declaró patrimonio cultural inmaterial del país desde el 2017

  La comunidad indígena de Rey Curré tiene todo listo para celebrar su festividad cultural más importante del año: “El Juego de los Diablitos”, una tradición ancestral que rememora las luchas que enfrentaron sus antepasados ante los procesos de conquista, hace más de 500 años.

Esta práctica ancestral, que en 2024 se desarrollará del 25 al 28 de enero, en diferentes puntos de la comunidad de Rey Curré, en Buenos Aires de Puntarenas, es una de las ceremonias indígenas más antiguas de Costa Rica, declarada patrimonio cultural inmaterial del país desde el 2017.

La manifestación involucra una serie de actores que participan de manera secuencial, iniciando, en esta oportunidad, el jueves 25 de enero, a la medianoche, con la llamada “Nacencia de los diablitos”; la ceremonia concluye el domingo 28 de enero, en horas de la tarde-noche.

¿Cómo se desarrolla el Juego de los Diablitos?

Para iniciar esta tradición, los diablitos suben en silencio a una loma cercana al pueblo, se visten con sus atuendos y esperan con respeto a que sea exactamente la medianoche. El estallido de múltiples bombetas anuncia que la lucha ha iniciado. Los diablos mayores suenan caracoles y el ritual se acompaña con sonidos de tambores, flautas y acordeón.

De inmediato, los diablitos gritan, se abrazan, bailan, saloman y empiezan a descender de la loma, dirigidos por los diablos mayores, quienes son los encargados de dirigir la comitiva.

El pueblo entero se une a esta tradición, acompañando a los diablitos, y juntos recorrerán, hasta el amanecer, todas las casas de la comunidad en donde son recibidos por sus anfitriones, con mucho entusiasmo, mientras comparten chicha de maíz y tamales de arroz.

  • Primer día del Juego. A eso de las 8 a.m., del viernes 26 de enero, los diablitos regresan a la acción. Esta vez tendrán la aparición inesperada de un actor que se convertirá, por el resto de los días de lucha, en su peor enemigo: el toro. Una figura simbólica semejante a un toro real, elaborado con madera liviana y atada a una cachamenta con la que embisten a los diablitos, interpretados por jóvenes indígenas del pueblo, vestidos con sacos de gangoche, con sus rostros protegidos por máscaras de madera de balsa con diseños zoomorfos y antropomorfos. Esa será la dinámica de la lucha entre el toro y diablitos por los siguientes dos días de lucha (27 y 28 de enero): El toro ataca y los diablitos esquivan sus golpes.
  • Segundo día del Juego: El 27 de enero, similar al día anterior, se suman más cantidad diablitos.
  • Tercer y último día de Juego. Al llegar el domingo 28 de enero, a eso de las 4 p.m., los diablitos son parcialmente doblegados por el toro en una de las fases llamada “La tumbazón”, una de las fases más importantes de esta lucha que representa una transición hacia el desenlace del juego.
  • El toro, al dejar “tumbados” a los diablitos, huye a refugiarse en la montaña; no obstante, los diablitos despiertan casi de inmediato y se reincorporan a la lucha. Juntos van tras la cacería del toro, que se esconde en el monte.
  • Lo encuentran, lo atan y lo llevan arrastrado al centro del pueblo donde lo matan, lo queman en una hoguera y, en señal del triunfo, se reparten de manera simbólica sus partes, concluyendo así el tradicional “Juego de los Diablitos” en la comunidad de Curré/Yímba.

Tradición rememora las luchas que tuvieron los antepasados indígenas

Según datos de la comisión organizadora, el Juego de los Diablitos es una tradición que reviste un significado muy importante para esta población porque resalta un acontecimiento épico en donde los indígenas borucas, repelieron a los enemigos y continuaron habitando sus tierras con sus recursos.

La comunidad sostiene que, históricamente le han llamado diablitos porque los mismos invasores consideraron a los indígenas como “rebeldes”, malos o diabólicos, por no querer ser conquistados.

Sin embargo, ellos mismos se autodefinen como luchadores, defensores de sus derechos culturales y recalcan que dicha tradición es una lucha, un enfrentamiento, un combate entre la comunidad que aspira a seguir siendo indígena y los procesos o políticas que afectan dichas aspiraciones colectivas.

“Esta tradición es una herencia que nos dejaron nuestros antepasados para recordarnos que debemos defender, de manera permanente, nuestros valores culturales. Cada generación presente tiene un compromiso con la generación pasada y futura, de luchar por conservar su cultura, su dignidad y su territorio”, expresó Laura Borbón Mavisca, representante de la comisión organizadora.

Tradición es una forma de defender su territorio e identidad

Según describe la leyenda relacionada con esta tradición, el toro representa al invasor y los diablitos representan a la comunidad indígena que defiende su tierra y sus derechos culturales.

 

“Desde su origen, esta tradición significa lucha, defensa del territorio, lucha por seguir existiendo como pueblos indígenas, de acuerdo con nuestra cosmogonía, costumbres y tradiciones, que nos legaron nuestros antepasados”, subrayó Uriel Rojas, vocero de la Comisión organizadora.

 

Inicio de ceremonia coincide con la luna llena

La nacencia de los Diablitos en Curré/Yímba 2024 coincidirá de manera natural con la luna llena, algo que suma expectativas y genera una gran emoción entre los pobladores indígenas de la comunidad, ya que desde tiempos antiguos la energía de los astros ha desempeñado un papel fundamental en la realización de ceremonias, rituales y eventos de gratitud a las deidades, informó la organización.

De acuerdo con Uriel Rojas, vocero de la comisión organizadora, “la complicidad de la luna llena en la nacencia de los diablitos es muy importante, porque significa recibir esa energía del sol y la luna que están casi alineados, para transformarse en esas vibras positivas y de optimismo que siente la comunidad en toda su luminosidad. La nacencia de los diablitos vendría a ser un tributo a la reina de la noche, en agradecimiento por su bondad y nobleza”.

Actividad cultural es libre, gratuita y abierta a todo público

Esta tradición es abierta al público y de manera gratuita. La comunidad no posee servicios de hospedaje. Se recomienda a los visitantes tomar en cuenta este detalle y reservar hoteles y cabinas cercanos, ubicados a 25 minutos en carro de Rey Curré.

La comunidad sí cuenta con espacios abiertos para acampar.

Durante las actividades, se recomienda vestir ropa ligera, zapatos cómodos, utilizar bloqueador solar, repelente, agua embotellada, y comunicarse con los organizadores para obtener facilidades.

¿Cómo llegar a Curré/Yímba?

La comunidad indígena de Curré/Yímba se ubica en la zona sur de Costa Rica, en el cantón de Buenos Aires, provincia de Puntarenas, a 220 km. al sur de San José.

Su acceso es muy sencillo, ya que se ubica a orillas de la carretera Interamericana Sur, entre Palmar Norte y Buenos Aires. Se cuenta con servicio de buses, que salen desde el GAM y pasan por Curré cada dos horas. Si se viaja desde la capital o el GAM, el público puede llegar por la carretera que pasa por el Cerro de la Muerte, Pérez Zeledón, Buenos Aires, Curré/Yímba, o también por la Costanera, llegando hasta Palmar Norte y siguiendo hacia Curré.

En aplicaciones de GPS como Waze o Google Maps, se ubica el punto de referencia digitando: Salón Comunal Rey Curré de Buenos Aires, Costa Rica.