El cosmos está lleno de colisiones: los impactos son una parte esencial de cómo se forman y evolucionan los cuerpos planetarios. En la Tierra, se sabe que el impacto con Theia y otros cambios a lo largo de su historia son parte del cómo pudo reunir los materiales necesarios para la vida. Cuanto mejor se puedan simular y analizar los efectos y resultados de estas colisiones, más preparada estará la ciencia para comprender cómo un planeta podría evolucionar para ser habitable como nuestra propia Tierra.