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Sixaola, Talamanca Policía de Fronteras y Policía de Control Fiscal evitan que unos cuatro millones de colones en cervezas contrabandeadas ingresen al mercado nacional

Conductores intentaron introducirse dentro de un sembradío de plátanos.

 

 

Autoridades extreman controles fronterizos ante el inicio de la temporada de fin de año

 

Los constantes patrullajes que realizan los oficiales de la Policía de Fronteras, a fin de combatir diversos delitos diversos delitos transfronterizos a lo largo de la línea limítrofe con Panamá, permitió decomisar un cargamento de licores valorado en aproximadamente cuatro millones de colones.

 

El cumplimiento tuvo lugar la noche anterior en la localidad de Olivia, distrito de Sixaola, cantón de Talamanca, cuando los oficiales fronterizos interceptaron un camión y un automóvil, los cuales fueron cargados en las cercanías del río Sixaola poco antes.

 

Lo anterior debido a que las organizaciones que se dedican al trasiego ilegal de mercancías utilizan embarcaciones que cruzan el citado río desde Panamá, por lo que, una vez desembarcada la carga en la orilla costarricense, los vehículos son cargados para llevar estas mercancías hasta Limón, el Valle Central y otras regiones.

 

Sin embargo, los conductores de ambos vehículos fueron sorprendidos por los oficiales que realizaban operativos nocturnos, los cuales se han incrementado en dicha frontera con motivo del fin de año.

 

Los sospechosos, al notar la presencia policial, aceleraron a fin de introducirse a un sembradío de plátanos, lo cual vieron frustrado por la pronta actuación policial.

 

Ambos conductores, al ser consultados sobre el pago de los tributos de ley, indicaron no contar con ninguna documentación al respecto, como es usual en estos casos.

 

Por tal motivo, la Policía de Fronteras procedió a decomisar el cargamento, consistente en aproximadamente 7.000 cervezas, las cuales quedaron a disposición de la Policía de Control Fiscal, cuyos agentes se encargaron de las diligencias judiciales, además de remitir dichas bebidas a las bodegas de la Dirección de Aduanas.

 

Además de la violación a las normar tributarias, quienes se dedican al trasiego de bebidas embriagantes también violentan las normas sanitarias, por lo cual el consumidor no tiene plena certeza de lo que está consumiendo, pues podría tratarse de bebidas adulteradas, capaces de provocar daños a la salud de los consumidores y hasta la muerte.