• Hombres son los que más tienen obesidad
¿Somos débiles para decir no a una suculenta empanada de queso, papa o pollo frita en manteca de segundo uso?
¿Nos es imposible hacer a un lado una rebanada de queque de zanahoria bañado con un lustre de mantequilla o un pastel de chocolate cubierto de dulce de leche?
¿Por qué nos atrae tanto el hilo de queso que se desprende de un “slice” de pizza o el sonido efervescente de una gaseosa recién servido?
La falta de educación sobre buenos hábitos alimenticios y la falta de supervisión de los padres (en el caso de los menores) pueden derivar en una alimentación poco saludable, exponiéndonos, con muy pocas herramientas para resistir a la tentación de alimentos nutricionalmente pobres y muy procesados. Este tipo de alimentación produce un gran impacto en nuestro cerebro y provoca antojos intensos y la constante generación de excusas para comerlos incluso cuando no se tiene hambre ni sed debido a la gratificación que generan.
Esta necesidad o impulso se relaciona con el desarrollo de la obesidad y puede ser un factor importante para desarrollar sobrepeso u obesidad; padecimiento que consideró como enfermedad la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 1998.
Es de alta importancia trabajar en estrategias individuales, familiares, comunitarias y para promover estilos de vida saludables y por qué no estrategias que incluyan el cerebro porque el consumo de productos, ricos en grasas y azúcares, provocar dependencia de manera muy similar de cómo sucede con el tabaco, bebidas alcohólicas, cannabis, cocaína y demás sustancias psicoactivas.
¿Cómo afectan las sustancias psicoactivas (drogas) la salud física y mental de las personas? Vocero IAFA
Las sustancias psicoactivas, también conocidas como drogas, tienen el potencial de alterar el pensamiento y la conducta a través de su impacto en el cerebro, provocando un desequilibrio en los neurotransmisores que procesan la información relacionada con las zonas del cerebro responsables del placer y la recompensa, y pueden llegar a provocar una dependencia física y/o psicológica.
El estilo de vida puede verse afectado por el consumo continuo, que cambia nuestras interacciones sociales, el nivel de descanso y la alimentación. Durante y después del consumo, los hábitos alimenticios se ven afectados porque las personas en consumo activo tienden a cambiar la cantidad, calidad y forma de preparar sus alimentos. Durante el proceso de cese o desintoxicación, la composición corporal cambia, lo que puede causar un desequilibrio de micronutrientes como la tiamina, riboflavina, niacina o vitamina C, entre otros.
Existe una variedad de afectaciones que las personas consumidoras de sustancias psicoactivas (drogas) pueden llegar a experimentar: enfermedades pulmonares o cardíacas, distintos tipos de cáncer, afectación de la salud oral, enfermedades de salud mental (ya sea desencadenándolas o aumentando su severidad) complicaciones de otras enfermedades previas e incluso la muerte.
Las personas que consumen sustancias tienen un mayor riesgo de contraer infecciones, ya sea por la vía de administración de la sustancia (intravenosa) o por la exposición a bacterias que causan infecciones del corazón y sus válvulas (endocarditis) y de la piel (celulitis), o por conductas de riesgo (actividad sexual sin protección) que los hacen más susceptibles a virus como el VIH (virus de inmunodeficiencia humana) o la hepatitis C.
“El cerebro está tan cambiado por este tipo de alimentos altos en azúcar y grasa, no es tan fácil dejarlos”
Sobrepeso y obesidad en población adolescente en Costa Rica
• El 30% de las personas adolescentes de Costa Rica tienen sobrepeso u obesidad, se registran 5% más de hombres obesos (16,6%) sobre mujeres (11,6%)
• El 21.1% de las personas adolescentes de nuestro país tienen sobrepeso y el 9,8% obesidad, evidenciando que más de un 30% están sobre el índice de masa corporal adecuado.
• El 66,3% de las personas adolescentes tienen un peso normal, mientras que un 1,7% presenta desnutrición. En cuanto a la autopercepción, el 54% se sienten bien con su peso, aunque un 34,8% indicó que “quiere pesar menos”.
• El 67,5% de las personas adolescentes consumen agua entre 1-4 vasos en todo el día. Solo el 28% consume más de cinco vasos de agua.
• Cerca del 20% indica consumir bebidas con azúcar agregada dos o más veces al día, y el 33% consume dichas bebidas dos o más veces a la semana
• Respecto al desayuno, almuerzo y cena un 76% de las personas adolescentes hacen los 3 tiempos de comida.
• El desayuno es el tiempo de comida que menos hacen ya que poco más de una tercera parte nunca desayuna.
• Además, el 26,4% de las personas adolescentes solo consume frutas una vez por semana y el 20% solo consume vegetales una vez por semana.
• Poco más de tres cuartas partes de los estudiantes no merienda a media mañana o a veces lo hace y dos terceras partes no acostumbran a merendar a media tarde.
La encuesta se efectúo entre julio y noviembre del 2018, y participaron el Ministerio de Salud en conjunto con el MEP, la CCSS, el INEC, la UNICEF), UCR e INCIENSA. La encuesta tuvo representatividad nacional.
Magnitud de la obesidad infantil y adolescente en Costa Rica
• 7.4% de lactantes, niños y niñas menores de 5 años tienen sobrepeso y 2.3 obesidad.
• El 20% de niños y niñas de 6 a 12 años presentaron sobrepeso y 14% obesidad.
• El 21% de las personas adolescentes con edades entre los 13 y 19 años tenían sobrepeso y un 10% obesidad, lo que se interpreta como muy alto.
Los indicadores apuntan a que, el sobrepeso y la obesidad infantil y adolescente en Costa Rica son un problema latente que está aumentando y merece la implementación de medidas para prevenir, controlar y disminuir su incidencia.
La falta de una nutrición adecuada, la poca actividad física, la mala calidad del sueño y la falta de actividades recreativas y de salud mental, aumentan el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas no transmisibles en la edad adulta.
Los profesionales de la salud física y mental reiteran la importancia de proponerse metas y objetivos que ayuden a mejorar la calidad de vida de las personas.
IAFA motiva a los padres, madres y encargados de personas menores de edad a responsabilizarse por la alimentación de sus hijos e hijas y a desarrollar actividades que fomenten los Hábitos Saludables.
El Día Mundial de la Obesidad se conmemora cada 4 de marzo esto como respuesta cohesionada e intersectorial a la crisis de la obesidad.
“En el Día Mundial Contra la Obesidad, adoptemos hábitos saludables y promovamos la actividad física para un futuro más saludable”.
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