- Detener el programa de radioterapia o posponerlo por unos días aumenta el riesgo de que el cáncer adquiera más fuerza y empeore la calidad de vida del paciente.
- Tener buena actitud, expresar los sentimientos, buscar apoyo profesional, hacer ejercicio y seguir una dieta equilibrada, pueden ayudar a que un paciente con cáncer no interrumpa su proceso de curación o mejora.
Diciembre, 2022. Atravesamos la época más festiva del año, que, para una persona que está enfrentando un diagnóstico de cáncer y un tratamiento con radioterapia, puede ser muy difícil, tanto física, como emocionalmente, a tal punto, que pueda provocar que prefieran faltar a sesiones por pasar días con sus familias, y retomarlas después de las fiestas de diciembre.Pero, faltar a sesiones de radioterapia programadas o suspenderlas por unos días aumenta el riesgo de que el cáncer regrese con más fuerza e impida el adecuado manejo de la enfermedad, lo que puede empeorar la calidad de vida del paciente.
Por esta razón, el doctor Rolando Loría, del Centro Radioterapia Siglo XXI, insta a los pacientes a completar los planes de tratamiento con radiación pese las fiestas o viajes que surjan, para evitar que la enfermedad agrave las condiciones de salud.
“La temporada festiva puede ser difícil para un paciente que este afrontando los efectos del cáncer y su medicación. El paciente probablemente quiere disfrutar a sus seres queridos sin los efectos que pueda producirle el procedimiento, como fatiga, dificultades para tragar u otros, según el estado y enfermedad que tengan; por lo que se ven en la tentación de faltar a las sesiones de radioterapia o suspender los procesos; si lo hacen, tienen un riesgo mayor de que regrese la enfermedad, aun cuando completen su plan de radiación días después de lo programado”, señaló el oncólogo.
Subrayó, que al no cumplir con el programa de radioterapia pueden surgir otros factores de riesgo, que podrían afectar la mejoría del paciente. “Si usted falta al tratamiento, el resultado no va a ser bueno”.
El incumplimiento de la radioterapia es una señal de advertencia de los otros factores de riesgo que afectan al paciente, como la salud mental, falta de apoyo familiar, social y el incumplimiento de otros tratamientos, como medicamentos o quimioterapia.
No falte
Si presenta fatiga u otros malestares por el tratamiento de radioterapia y quisiera sentirse “mejor” para la navidad o fin de año, la manera más efectiva de manejar estas emociones es hablar con los familiares y amigos para adaptar su situación real a las actividades en las que puede participar; nunca dejando a un lado el tratamiento.
“La ansiedad y preocupación son muy frecuentes y predecibles en un paciente con un diagnóstico de cáncer, y las demandas emocionales de las fiestas de diciembre pueden fácilmente sumar más estrés. Por esta razón, expresar los sentimientos a los seres queridos puede mejorar el ánimo y disminuir la ansiedad. En estos casos, si en una familia suelen hacer reuniones, tamales o cenas, tal vez en esta ocasión podrían cambiar la celebración por ir a un restaurante, para evitar las carreras de los preparativos de la cocina, o mandar a traer algo preparado y sencillo, explicó Loría.
Actitud positiva es clave
Dado que la temporada implica emociones y recuerdos, es frecuente que las personas con cáncer y con tratamientos se preocupen por lo que les deparará el futuro y se depriman. Compartir las preocupaciones con un ser querido o un profesional es lo ideal para manejar estos sentimientos y controlarlos.
“Una actitud optimista contra el cáncer y cualquier otra enfermedad son vitales para obtener resultados positivos”, añadió el médico.
Hacer ejercicio y comer saludablemente
Mantener hábitos como el ejercicio, cuando sea posible; y una adecuada alimentación mejoran las condiciones que se tienen para sobrellevar las enfermedades.
Si bien, no todos los tumores producen problemas para comer, los que más lo producen son los tumores digestivos, cabeza, cuello y colon. Los tumores hematológicos, no suelen producir desnutrición al paciente, pero sí a consecuencia de los medicamentos tan potentes que se administran.
“El proceso de un paciente con cáncer desgasta su digestión, por lo que recomendamos comer bien, incluso preparar las comidas preferidas, o sustituir algunas por otras que mejor le puedan caer, sobre todo, aquellos días que no haya tratamiento en la clínica u hospital”, indicó el doctor Rolando Loría, del Centro Radioterapia Siglo XXI.
Agregó que algunos tratamientos provocan alteraciones en la manera como perciben los pacientes los sabores, los olores y las texturas durante el tratamiento. El proceso de comer puede ser complicado en algunos momentos del proceso, presentando en algunos casos, dificultad para tragar, generando menos apetito.
Ante esta dificultad necesitan alimentos fáciles de digerir, que podrían suministrarse, según el caso, más veces al día que raciones de comida sólidas y difíciles de tragar, aunque se administren pocas veces al día.
“Tener buena actitud, expresar los sentimientos, buscar apoyo familiar, tener consejería profesional, hacer ejercicio y seguir una dieta equilibrada en estos días pueden hacer la diferencia para que un paciente con cáncer no interrumpa sus tratamientos y sufra después con padecimientos más severos”, finalizó la especialista.
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