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La Roja mecánica arrolla a Costa Rica con un festival de juego y goles

La fuerza somos todos. Dejar el ego a un lado. Anteponer el colectivo a la individualidades. Son algunos de los mensajes que más se escucharon desde el vestuario de España los días previos al debut en la Copa del Mundo de Qatar. Era un mensaje aparentemente para fuera del campo, para destacar al grupo en una plantilla en la que no sobresalía ninguna estrella. Pero sobre el verde, en el estreno ante los ticos, la selección española ofreció con un festival coral de juego ante un débil rival superado desde el primer minuto.

España transmitió desde el inicio el carácter de su entrenador, un verdadero líder que no se sentó prácticamente ni un instante para acompañar y guiar a los suyos en una victoria que se convirtió en un mensaje para todos sus rivales. La ambición de la España de Luis Enrique no es un farol. En la Roja no hay dudas y demostraron que llegaron a Qatar para luchar por competir siete partidos. Y quisieron mandarlo desde el inicio, manteniendo la humildad del debutante. Son 20 de 26 que disputan su primer Mundial, ocho de ellos lo hicieron como titulares, otros tres desde el banquillo.

Luis Enrique ya mostró su atrevimiento desde su alineación. Optó por Rodri como central y Asensio se ganó la punta de ataque escorado por Olmo Ferran. Y detrás de ellos, fabricando el juego a un ritmo que asfixió a los Ticos, los tres culés. Busquets, en la versión top con la que ganó a Sudáfrica, esta vez acompañando por Pedri Gavi, la evolución de Xavi Iniesta. Aunque quizás ya hay que dejar de compararlos, porque el canario y el andaluz, con 19 y 18 años respectivamente, sorprenden más por su madurez y desparpajo.

Tras anunciar la lista, a Luis Enrique se le recriminó la supuesta falta de gol en su equipo. Algo que acallaron en media hora sus tres delanteros titulares ante Costa Rica, que marcaron un tanto cada uno para dejar ya sentenciado el choque y el debate. Dani Olmo, que llegaba con máxima confianza, tenía buen feeling. Si Lucho le daba la oportunidad, no fallaría. El primer remate le marchó cruzado, pero en el segundo intento, tras un gran pase de Gavi al estilo Laudrup, se limpió al defensa para picar con mucha clase por encima de Keylor Navas.

España fue muy superior, jugando a un ritmo frenético, imponiendo una velocidad de balón inaccesible para los costarricuenses. Busquets comandó desde el centro del campo. Mandaba y guiaba, como en la jugada del segundo gol. Abrió a Alba y el lateral izquierdo, reivindicándose de nuevo en la selección, se la puso a Asensio. El balear apareció de cara para rematar de primeras y superar a su ex compañero Keylor desde la frontal.

Alba fue un puñal por la izquierda y fue víctima de un penalti a la media hora de partido. Ferran Torres tomó la responsabilidad por orden de Luis Enrique. Y el valenciano, sin ponerse nervioso, esperó a que Navas cayera a un lado para meter el tercero. Tres tiros a puerta, uno de cada delantero, y tres goles. ¿Quién dice que esta España no tiene gol?

La exhibición de control prosiguió. Solidaridad de todos los futbolistas españoles, empezando por los atacantes, eso que tanto gusta a Luis Enrique. Ayudas constantes, ofreciendo soluciones al compañero. Y el técnico con una sonrisa radiante. Especialmente tras el cuarto tanto, obra de Ferran Torres tras volver del descanso. Después de triangular con Gavi, Ferran tiró de fe para pelear el balón dentro del área, de espaldas a portero. Se llevó el esférico y se dio media vuelta para marcar el cuarto y sellar un doblete antes de salir del campo.

El partido estaba cerrado y Luis Enrique dosificó esfuerzos. Guardó a Ferran, Pedri, Alba y Busquets. Dio minutos a Morata, Carlos Soler, Koke e hizo debutar a Alejandro Balde. Y antes del minuto 70 ya había agotado los cambios dando entrada a Nico Williams por un resurgido Asensio, que se vació tanto en defensa como ataque.

Pero el festival no había acabado. Morata lo intentaba y Balde demostró su potencia en tres internadas por el carril izquierdo que desencajaron a los ticos. De hecho, de una de ellas nació el quinto. El canterano entró por el centro, se la dio al delantero colchonero. Su remate salió rebotado y en la frontal lo empaló Gavi sin dejarlo botar y entró tras tocar al poste.

España siguió fiel a su estilo, como pide el técnico. Y los cambios querían unirse al festival. Ya al final, Nico Williams se marchó por potencia de su marcador por la derecha, llegó a línea de fondo y se la dejó atrás a Carlos Soler, que solo tuvo que empujarla para marcar el 6-0. Y ya en el añadido, premio para Morata, que lo buscó desde que salió. Tiro ajustado, para lograr el séptimo y definitivo por primera vez en la historia de España en una fase final de un Mundial.

La Roja es líder de grupo E con los mismos puntos que Japón, que sorprendió a Alemania (1-2).