El crédito informal sigue siendo una opción para las personas
  • Se estima que actualmente hay entre 50 mil y 66 mil personas en todo el país que mantiene un crédito “gota a gota”.
  • El grupo de personas que declara que el dinero no les alcanza, el 7% indicó que ha tomado algún préstamo “gota a gota” en los últimos tres años.
 
Noviembre, 2025. Aunque la proporción de personas que dijo en 2023 haber tomado algún préstamo “gota a gota” se redujo de 12% a 3% en 2025, la Oficina del Consumidor Financiero (OCF) advierte que el fenómeno del crédito informal, o sea, de oferentes que no están regulados, sigue presente y afecta especialmente a los sectores con menos ingresos. De hecho, en el reciente estudio de 2025, alrededor de 2% de las personas encuestadas dijo tener activo un crédito de este tipo en ese momento, lo que equivale entre 50 mil y 66 mil personas en todo el país.
Los datos provienen de la Encuesta Nacional de Endeudamiento 2025, aplicada telefónicamente a 1.200 personas entre el 3 y el 29 de julio, representativa de 3,6 millones de adultos costarricenses. Se trata de la tercera radiografía nacional elaborada por la OCF para medir los niveles de endeudamiento, metas financieras y capacidad de resiliencia de la población, con un margen de error de 2,8% y un nivel de confianza del 95%.
De acuerdo con el estudio, un 7% de la población (unas 256 mil personas) reportó haber recibido dinero en condiciones aceptables de alguna persona o prestamista en los últimos tres años, pero un 3% (cerca de 92 mil personas) dijo haber acudido a un crédito “gota a gota” durante el mismo período.
La encuesta muestra que el crédito gota a gota se concentra en hogares de ingresos insuficientes para atender los gastos básicos. En el grupo de personas que declara que “el dinero no les alcanza”, 7% indican que ha tomado algún préstamo de ese tipo en los últimos tres años, similar situación que se presenta en el grupo de población que percibe ingresos de 500 mil colones o menos, mientras que los grupos en que los ingresos alcanzan hasta para ahorrar lo mencionan solo 1%.
“Aunque vemos una disminución significativa en la incidencia de los créditos informales, la modalidad del ‘gota a gota’ impacta en especial a sectores vulnerables. Esto refleja el persistente desafío de la exclusión financiera y la falta de opciones reguladas para atender necesidades urgentes de liquidez”, explicó Danilo Montero, director general de la OCF.
La encuesta también revela una tendencia cada vez más intensa: la proliferación de ofertas de crédito en redes sociales y plataformas digitales, especialmente dirigidas a personas de menor ingreso. Un 14% de los entrevistados afirmó haber recibido ofertas de préstamos por WhatsApp, Facebook o TikTok en el último año, cifra que se eleva a 18% entre quienes destinan más del 33% de su ingreso al pago de deudas.
Un dato que destaca en la encuesta en 2025, es que la proporción de personas que muestran mayor nivel de endeudamiento en el grupo de menor escolaridad (38%), no es muy diferente de las personas con mayor nivel de educación formal (36%). El estudio muestra también que el 41% de las personas con mayor endeudamiento no han recibido ninguna capacitación en finanzas o manejo del dinero, pero en ese mismo grupo de personas endeudadas, el 32% sí dijo tener estudios universitarios o técnicos en finanzas o contabilidad. Por lo tanto, la capacitación no es factor suficiente para acercar a las personas de unas finanzas sanas.
“El crédito digital no siempre proviene de entes regulados, por lo que existe la posibilidad de que esté penetrando las finanzas de los hogares más frágiles económicamente. Es un fenómeno que combina los beneficios de la tecnología, aplicada a los servicios financieros, y a la vez los limitados esfuerzos para mejorar la inclusión financiera, donde las personas más necesitadas se pueden convertir en el blanco ideal de ofertas engañosas o ilegales”, agregó Montero.
Para la Oficina del Consumidor Financiero, los resultados subrayan la urgencia de profundizar y segmentar la educación financiera por grupos de población, pues la problemática no es la misma si los ingresos son altos o bajos, o según los niveles de escolaridad.

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