Así funciona el seguro como herramienta de prevención ante riesgos que tienen los estudiantes en el país

Así funciona el seguro como herramienta de prevención ante riesgos que tienen los estudiantes en el país

 

  • El seguro estudiantil actúa como escudo preventivo para estudiantes, mientras padres y centros educativos ganan confianza en un entorno cada vez más complejo, explican especialistas de MAPFRE Costa Rica.

09 de diciembre, 2025. En un entorno donde la movilidad cotidiana, las actividades deportivas, las excursiones y la vida digital exponen a los estudiantes a riesgos cada vez más diversos, las familias costarricenses enfrentan un desafío creciente: cómo garantizar que sus hijos estén protegidos ante incidentes que pueden ocurrir dentro y fuera del centro educativo.

De acuerdo con especialistas, para muchos hogares la posibilidad de un accidente escolar no solo implica una preocupación emocional, sino también un impacto económico que puede alterar la rutina familiar.

Ante esta realidad, distintas herramientas de protección han tomado relevancia para dar tranquilidad a los padres y asegurar que los estudiantes puedan continuar sus actividades con seguridad y respaldo. Entre ellas, el seguro estudiantil se ha convertido en una opción que acompaña a las familias en la prevención y atención de incidentes comunes en la etapa escolar.

 

Un panorama cambiante de riesgos para estudiantes

En los últimos años, el perfil de riesgos que enfrenta un estudiante en Costa Rica está conformado, principalmente, por posibles accidentes dentro del aula como caídas, choques, o golpes, se suman otros factores. Pero, también, se ligan a una cantidad mayor de tránsito en el país, desplazamientos frecuentes, actividades extracurriculares, deportes, excursiones, entre otras. Todo ello expone a los jóvenes también a nuevos tipos de accidentes o incidentes.

Adicionalmente, informes recientes sobre accidentes en centros educativos muestran que un gran porcentaje de los percances los sufren adolescentes entre 12 y 17 años. Estos están relacionados con deportes, trayectos en bicicleta o caminando al centro educativo, o actividades extracurriculares.

Para Armando Sevilla, director Comercial de MAPFRE Costa Rica, este panorama muestra que el seguro estudiantil no debe entenderse como un gasto adicional sino como un mecanismo de prevención y mitigación de riesgos.

“El seguro estudiantil emerge como una herramienta de protección integral para los estudiantes. No solo protege ante accidentes comunes dentro del aula, sino frente a riesgos crecientes. Su valor va más allá de una póliza, porque es una red de tranquilidad, un respaldo económico y una señal de responsabilidad por parte de padres y centros educativos”, mencionó Sevilla.

Pero ¿cómo se debe elegir un seguro estudiantil entre las opciones que existen actualmente en el mercado? Para ello, Sevilla brindó varias recomendaciones:

  • Evaluar la frecuencia de actividades del estudiante como deporte, transporte, excursiones, entre otras, y contratar un plan personalizado que cubra esos riesgos.
  • Priorizar seguros con amplitud de cobertura (accidentes, lesiones deportivas, traslados, entre otros) y que ofrezcan acompañamiento médico y psicológico.
  • Participar en actividades de prevención. Entre ellas, fomentar el uso de casco, equipo deportivo adecuado, normas de tránsito, educación en riesgos.
  • Coordinar con centros educativos para conocer las políticas de seguridad, supervisión en actividades y salidas, y promover una cultura de prevención.

“El seguro estudiantil debe acompañar al estudiante dondequiera que esté, ya sea en la escuela, en el trayecto, en la cancha, en una salida organizada; la protección no puede limitarse a las paredes del aula”, afirmó Sevilla.

Añadió que otro aspecto a tomar en cuenta a la hora de tomar un seguro estudiantil, es el tiempo de respuesta. En este sentido, MAPFRE Costa Rica, en siniestros estudiantiles, recomienda también siempre buscar un tiempo de respuesta ágil para atender la emergencia. Por ejemplo, ante un evento de siniestro, el padre de familia, o estudiante cuenta con 15 días naturales tras ocurrido el evento para notificar a MAPFRE. Al tramitar el reembolso de la atención, con los requisitos completos, se estima un tiempo de respuesta de 10 días hábiles para el pago en cuentas del asegurado.

“Esa celeridad puede ser determinante para el pronóstico médico y para que el estudiante retome sus actividades”, afirmó el director Comercial de MAPFRE Costa Rica.

Además, dijo que, por ejemplo, el seguro estudiantil de MAPFRE, al operar bajo un esquema de reembolso y permitir que los padres elijan libremente el centro médico, la póliza se convierte en un apoyo económico inmediato para atender desde lesiones menores hasta escenarios más complejos, como fracturas o traumas que requieren seguimiento especializado.

De igual forma, además de la cobertura financiera, MAPFRE Costa Rica incorpora servicios de orientación y asistencia que complementan el proceso de recuperación del estudiante. Esto incluye acompañamiento psicológico. Estos componentes, señala Sevilla, facilitan que el estudiante se reincorpore rápidamente a sus actividades académicas y deportivas, mientras la familia reduce la carga emocional y mantiene estabilidad durante el proceso.

Reduciendo barreras de acceso al seguro estudiantil

Sevilla añadió que, a pesar de los beneficios que tiene el seguro estudiantil, aún existen barreras que limitan su adopción. Entre algunas de ellas que la empresa ha detectado para optar por un seguro estudiantil es el acceso a su cotización y contratación en tiempos menores. Debido a ello, MAPFRE puso a disposición de los intermediarios de seguros, paquetes con primas preestablecidas, lo que quiere decir que no influye la edad del estudiante en su tarificación. Además, en su caso, para la contratación se solicitan requisitos mínimos, lo que permite brindar un tiempo de respuesta ágil en su emisión.

Adicionalmente, para un mediano plazo, se está desarrollando un avance tecnológico por parte de MAPFRE que permita una autogestión del asegurado final en la compra y contratación del seguro estudiantil.

“La seguridad y el bienestar de los estudiantes debe ser una prioridad para todas las familias; un seguro estudiantil no solo atiende un accidente, también protege la estabilidad del hogar y la continuidad educativa del menor”, concluyó Sevilla.

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