Radio Puerto TV

La forma diferente de hacer radio y televisión

El primer asesino en serie sentenciado en el país

• En este episodio de Expediente Cero 43 hablamos del “Mata Indigentes”, un sujeto que mató a varias mujeres en San José Link de este episodio en Spotify: https://open.spotify.com/episode/75f9T8LldTjHUGdW3nNfke

Adrián Javier Arroyo Gutiérrez, conocido como “el Mata Indigente”, es un asesino serial que acechó en el sur de la capital (San José), donde sus víctimas fueron mujeres en condición de indigencia y fue condenado por matar a 6 de ellas, aunque se estima que fueron alrededor de 11 homicidios.

Nació en San José, Costa Rica el 17 de junio de 1976 y se dedicaba a la recolección de chatarra por los alrededores del sector de Barrio México

Su primera víctima fue Natalia Salazar, una habitual de la calle a la que le ofreció unas cuantas dosis de crack a cambio de sexo. Esta mujer apareció el 10 de abril del 2015 en estado de descomposición en un lote baldío en la Urbanización Las Margaritas en San Sebastián.

Desde ese momento, este sujeto elevaría el nivel de brutalidad de sus homicidios. Normalmente buscaba mujeres que intercambiaran favores sexuales por drogas. Abordaba sus víctimas y las llevaba a un lugar apartado, donde posteriormente las violaba y estrangulaba, con el fin de acabar con la vida de estas mujeres.

Posteriormente, cubría sus partes íntimas con hojas, dejando los cuerpos sentados con las piernas encorvadas, y huía del sitio.

Los crímenes continuaron durante los siguientes seis meses. Dos días después de encontrar el cuerpo de Natalia, fue ubicado en el sector de Barrio México el cadáver de una mujer que no fue identificada al momento.

“Se supo que tenía alrededor de siete días de fallecida y se logró identificar como Karen Briceño Juárez por medio de sus huellas dactilares, ya que contaba con expediente criminal”, recordó en este episodio de Expediente Cero 43, Dany Morera Damazzio, exagente del OIJ y quien para esa fecha se desempeñaba como investigador de la Sección de Homicidios.

Dos meses después, en junio, una habitante de la calle de 18 años llamada Angeli Trejos, fue hallada en un charral en el antiguo Rancho Guanacaste, en Hatillo.
Ese mismo mes fueron ubicados dos cuerpos femeninos, ya en estado esquelético que a la fecha siguen sin ser identificados. Uno estaba en un lote cercano a la escuela Carolina Dent, en Sagrada Familia, y el otro detrás de una iglesia evangélica en Colonia Kennedy, San Sebastián.

Según Morera, “cuando ya se tenían tres asesinatos nos sentamos con la jefatura y observamos que nos encontrábamos posiblemente ante un mismo sospechoso. Las víctimas eran de una complexión física delgada en estado de indigencia que aparecían semidesnudas y morían asfixiadas”.

Durante la investigación policial no se lograban hallar pistas de quién podría haber cometido estos asesinatos, hasta que días después del segundo crimen surgió una pista cuando los investigadores, acudió al sitio donde fue encontrada Karen y un hombre le contó que el día de los hechos vio salir a un tal “Negro” del lote baldío; y le indicó que ubicara a Magaly, una mujer que sobrevivió al ataque de este hombre.

“Tras varios días se recorrieron diferentes puntos de los barrios del sur para encontrar a la tal Magaly, hasta que la logramos ubicar por las cercanías del Museo de los Niños, donde la abordamos y se le explicó lo que estaba sucediendo. Ella nos comenta haber sido abusada sexualmente por un sujeto al que le dicen ‘Negro’ y nos brindó detalles sobre la expareja sentimental del sujeto, se procedió a localizarla y nos indicó el nombre Adrián Arroyo, además, que existía una denuncia penal contra este individuo debido a que había atentado contra la vida de su actual pareja, por lo que se procedió a realizar las consultas en lasbases de datos policiales donde se obtuvo el nombre completo del sospechoso”, agregó el exinvestigador judicial.

Luego se realizaron varias diligencias en la zona roja de San José, como fue realizar un censo donde se logró identificar a unas 300 personas habitantes de la calle; de igual manera se les explicó lo que estaba pasando para que se mantuvieran alerta.

“Queríamos estar listos si aparecía una víctima nueva, les explicamos lo que pasaba, las mujeres estaban muy asustadas, se sentían en peligro, les tomamos fotos, nombre y número de cédula”
El censo y conocer el nombre del sospechoso principal no frenó los crímenes, los cuerpos empezaron a aparecer con más frecuencia por lo que se procedió a pedir colaboración a la Unidad de Análisis del Comportamiento Criminal (UNACC), un grupo interdisciplinario, creado desde la Oficina Planes y Operaciones (OPO) para la investigación de crímenes violentos, que es conformado por profesionales en psicología, sociología, criminología, derecho; así como, investigadores de amplia experiencia.“Se procedió a recopilar la información de todos los casos con el fin de realizar tablas para acomodar la información que se tenía probada, se comenzó un análisis de todas las víctimas con el fin de realizar hipótesis con base a la víctimología y se desarrolló un perfil geográfico de los hechos con el fin de relacionar al sospechoso con los diferentes homicidios”, mencionó en este episodio la especialista, María José Rodríguez Cruz, socióloga de la OPO.

El 14 de julio encontraron asesinada a Alicia Carmona Castillo, de 27 años, en un lote del residencial Mallorca, en San Sebastián. La escena macabra se repitió el 26 de julio, cuando debajo del puente peatonal de Hatillo 4 se encontró el cuerpo de Tania Marlene Barrientos Astúa, de 49 años.

Días después, el 6 de agosto se ubicaron en un lote de Sagrada Familia el cadáver de Charlyn Robles Vargas, de 26 años.

“Buscaba mujeres en situación de indigencia, debido a que cuentan con una red de apoyo escasa o prácticamente nula debido a que desaparecen de su familia por meses. Esta es una población vulnerable y socialmente discriminada a las que les ofrecía droga a cambio de sexo con la intensión de satisfacer sus necesidades”, recordó la socióloga.

El sospechoso, ya identificado por la policía judicial, seguía en libertad y se tenía que actuar rápido antes que cometiera nuevamente otro delito.

Por su parte, Magaly, a la que el individuo había violado, estaba dispuesta a denunciar y eso ofrecía la oportunidad de detener a Arroyo.

En septiembre de ese mismo año y con colaboración de la Unidad de Recopilación de Información Policial (URIP), los oficiales logran ubicar y a proceder con la detención de Arroyo por las cercanías del Museo de los Niños, justo donde encontraron uno de los primeros cuerpos. Seguidamente, fue trasladado a los laboratorios del Departamento de Ciencias Forenses (DCF), con el fin de obtener pruebas científicas para ligarlo con los diferentes casos, debido a que en tres de sus víctimas se logró obtener restos de semen y en una ocasión se ubicó un elemento piloso.

En setiembre del 2016 Adrián Javier Arroyo Gutiérrez, fue condenado a 110 años de prisión por el homicidio de seis mujeres indigentes y dos violaciones, a pesar de que el Ministerio Público la había acusado por 11 homicidios.

Le invitamos a escuchar Expediente Cero 43, que se encuentra disponible en la plataforma de Spotify y YouTube.