Los giallorossi se clasifican a los octavos de Europa League triunfando en la tanda de penaltis contra el Feyenoord. El portero, titular en lugar de Rui Patrício, neutralizó dos.
La maldición Roma para el Feyenoord suma y sigue. Tras la final de Conference de 2022 y los cuartos de Europa League del curso pasado, los italianos volvieron a ganar ante el cuadro holandés. Los penaltis valieron, para el conjunto de De Rossi, los octavos de final de Europa League, un objetivo cumplido que confirma el gran comienzo del exmediocampista en el banquillo de sus amores. Svilar, decisivo en la tanda de penaltis, fue el héroe de la noche: el nuevo técnico le ha entregado la portería en lugar de Rui Patrício y quitársela, ahora, será complicadísimo.
El partido vivió sus emociones más importantes en el primer cuarto de hora. Tras apenas cuatro minutos, Santi Giménez sumó su tanto número 22 en los 31 encuentros que disputó en este curso. Fue, quizás, el más afortunado: nació de un rebote ante un intento de despeje de El Shaarawy.
El gol causó la reacción enfurecida de los giallorossi, empujados por el Olímpico, que pidieron un penalti, rozaron el empate y lo lograron en el 15′, con una maravillosa rosca desde la frontal de Pellegrini.
El Feyenoord, que en la primera fase del encuentro buscó hacer daño con los contragolpes (tuvo una gran oportunidad con Wieffer, que se topó con Svilar), disputó el tramo final de la primera parte encerrado atrás, quitando espacio e ideas a los romanos. Fue este, básicamente, el guion de la reanudación, que terminó sin ni un remate a puerta de los dos contrincantes. El Shaarawy y Dybala fueron los más activos en la búsqueda del gol decisivo, pero tuvieron que rendirse ante la organizada defensa de los de Slot y abandonaron el campo por molestias en el comienzo de la prórroga, a la que se llegó sin sobresaltos.
Los últimos 30 minutos antes de los penaltis fueron más entretenidos, a pesar del inevitable cansancio de los 22 en el verde. Minteh volvió a darle trabajo a Svilar, mientras que, en la otra área, Lukaku se topó con Wellenreuther con un remate cruzado que habría podido ser el del triunfo sobre la bocina. El belga, que en el córner siguiente cabeceó fuera otra ocasión, vivió una noche gris también desde los once metros. En la tanda de penaltis, el punta fue el primero en fallar tras los goles de Paredes y Ueda, pero allí comenzó el show de Svilar. El guardameta neutralizó dos lanzamientos consecutivos, los de Hancko y Jahanbakhsh, mientras que Cristante, Aouar y Hartman no fallaron. La pena máxima del triunfo fue la de Zalewski, que tuvo sangre fría a pesar de sus 22 años y, con un lanzamiento perfecto, enloqueció al Olímpico.
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